Todavía no me acostumbro a alejarme de tí. Miro hacia atrás, buscándote, pero ya sólo alcanzo a ver tu silueta medio perdida. Qué dificil es, preciosa mía, vivir sin tí. Me voy; y tú te quedas. Me alejo; y tú, mientras, innmóvil y silenciosa.
Me encanta perderme dentro de tí, sin rumbo ni dirección, sólo donde nos lleve el destino. Presumo de tí; y contigo. Y no me canso nunca de mirarte, contemplarte, recorrerte y, a veces, incluso hasta llego a odiarte. Pero nunca, nunca, nunca sin amarte.
A madrid, la ciudad que me ve amanecer cada día aunque nunca me haya visto nacer.
Me encanta perderme dentro de tí, sin rumbo ni dirección, sólo donde nos lleve el destino. Presumo de tí; y contigo. Y no me canso nunca de mirarte, contemplarte, recorrerte y, a veces, incluso hasta llego a odiarte. Pero nunca, nunca, nunca sin amarte.
A madrid, la ciudad que me ve amanecer cada día aunque nunca me haya visto nacer.
1 comentario:
Me da hasta envidia ver lo que quieres a mi Madrid. Yo la quiero muchisimo, pero a veces se me olvida todo lo que es para mi.
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