lunes, diciembre 27, 2010

Mi reina

Existió una vez una mujer de la que nunca podré olvidar su mirada perdida y sus manos, en las que la perra de la vida le tatuó a fuego el dolor y sólo con mirarlas podías notar la fuerza, esa fuerza que la llevó a vivir siempre con esa sonrisa descarada con la que más de una vez no dejó boquiabiertos a más de uno.

Ella fue la reina de mi noche, la misma que hasta hace unos años lo había sido de mi corta vida. Aquí abajo la recordamos como eso, como lo que fue; espero que desde allá arriba ella también se acordara un poquito de nosotros. Yo creo que si.


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