jueves, febrero 17, 2011

La cara B de los premios Goya

El domingo 13 de febrero de celebró la gala número XXV de los Premios Goya, una gala muy especial porque se cumplían 25 años de los premios de nuestro cine y porque, además, se eligió un escenario muy especial para celebrarlo: el Teatro Real de Madrid.

Este año le polémica estaba servida. La aprobación de la Ley Sinde y la reciente dimisión del presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, por diferencias con la propia Academía por culpa, precisamente, de esta ley hacían presagiar que ésta no sería una gala como las anteriores. El momento más esperado por todos era el encuentro entre Álex de la Iglesia y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.

Llegada de Javier Bardem a la gala de los Goya
A la par, en las afueras del recinto el grupo Anonymous había convocado una protesta. Decían que iban al Teatro Real a protestar contra la ley Sinde pero eso era sólo una excusa, una excusa para escupir a la cultura, al cine y cualquiera que se cruzara por delante. Cada uno es muy libre de manifestar su opinión, a favor o en contra, pero gritar lemas como 'Sois todas putas, maricones y chaperos' (y os cuento de lo más suave que oí) a cualquier persona que pisara la alfombra roja, sin saber tan siquiera de quien se trataba, no es de tener un nivel cultural tan elevado como ellos presumen, ni tan siquiera es de tener un mínimo de educación. Porque yo me pongo en su lugar y no me haría ninguna gracia, siendo una persona no famosa (como muchos había esa noche), tener que entrar a la gala de la fiesta del cine protegida por los cuatro costados por miembros de seguridad con paraguas por barrera para no acabar bañada en huevos mientras un grupo de personas, que no me conocen de nada, me llaman terrorista y me dicen que debería estar en la cárcel por dedicarme al cine. No lo veo normal. Llamadme tiquismiquis. En mi opinión, la política y el cine no se deben mezclar, o se deben mezclar lo menos posible. Tenía que decirlo. Viva el cine.

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