ÚLTIMA FUNCIÓN DE "HOY NO ME PUEDO LEVANTAR"

El 24 de Julio se celebró la última función en Madrid de mi musical favorito: HOY NO ME PUEDO LEVANTAR. Como no, allí estaba yo una vez más y además en compañia de un gnomo bebé. La situación era... digamos que peculiar a la vez que extraña ya que en teoría estábamos a unos cuantos kilómetros de esa ciudad, es decir, lo que viene siendo en secreto. Sabíamos que deberíamos salir corriendo cada vez que viéramos una cámara de televisión y todo apuntaba a que ese día en el teatro iba a ver unas cuantas. Efectivamente fue así, ya antes de llegar nos dijeron que había alguna que otra en la puerta, exactamente "Está pasando" ¬¬ (cada día odio más ese programa¬¬) A la hora de ir acercándonos hacia la puerta solo nos faltó ir escondiéndonos detrás de las farolas de la Gran Vía. Menos mal que cuando llegamos adentro las cámaras estaban entretenidas en el photocall con los chicos de Fama, aún así nos agacahamos alguna que otra vez entre las multitudes de gente.


El momentazo justo antes de empezar la función fue cuando el gran Edu Morlans entró en el teatro. Que grande es. Además le teníamos sentado justo aladito nuestra. En la función hubo bastantes detalles, el intento de m'expló de David Carrillo ya sin melena, el cementerio interpretado por los 2 Colates juntos: Adrián Lastra y Marcos Rodríguez. Aquí yo me llevé un pequeño susto cuando vi aparecer a Marcos y no veía a Adrián ya que este era mi número favorito y con mi niño preferido. No estuvo mal lo de los 2 Colates pero hubiera preferido a Adrián solo.


Al acabar la función cada uno de los protagonistas dijo unas palabras. Adrián, por ejemplo, acabó diciendo "GRACIAS COLATE". Lo mismo digo. Míquel dió un pequeño discursito desde su escalera, solo le hizo falta nombrar el nombre de Nacho Cano y todo el teatro unió sus voces en un solo grito: "ESE NACHO, ESE NACHO". Este, para mí, ha sido el gesto más bonito de la noche. El peor fue ver, mientras todos estabamos en el callejón, como sacaban del teatro el cohete de Laika. Ver como se llevan parte del decorado es lo peor que puedes ver en ese momento.


Allí en el callejón afortunadamente conseguí saludar a mi niño. Para variar el pobre llevaba los ojos rojos de llorar. También estubimos hablando un ratito, ya de la que nos ibamos, con el gran Edu. Del que no conseguimos despedirnos fue de David Carrillo, y encima era su última función.

GRACIAS A TODOS ***